Desde hace 15 años trabajamos en estrategias de comunicación política digital para gobiernos, instituciones, universidades, partidos políticos, legisladores, intendentes, alcaldes, gobernadores, prefectos y en campañas electorales.

La comunicación digital necesita de estrategia.

¿Por qué digo esto? Porque estamos acostumbrados a ver cómo en los proyectos políticos y electorales, y también en los equipos de comunicación de gobierno, se piensa en herramientas a utilizar y no en cuál es la estrategia de comunicación.

¿Qué significa esto? Que primero piensan en cómo hacer el Instagram, cómo abrir una cuenta en Facebook o en cómo usar Twitter, pero no piensan para qué quieren usarlas, cómo, cuándo, hablándole a quiénes, etc. La estrategia nunca es central.

Y la estrategia debe ser central. Una estrategia implica al menos responder qué quiero hacer, cuándo, dónde, cómo, por qué, para qué, a quién le hablo y de qué manera lo voy a hacer.

Y cuando la estrategia va profundizando en lo digital, hay que adaptarse a cada red social, a cada espacio digital en internet, ya que cada uno tiene un público específico, que habla de una manera específica y que tiene códigos determinados.

Entonces lo importante es entender que cuando empezamos una estrategia de comunicación en internet, lo que estamos haciendo es generar identidad, generar el “quién somos”, como personas, o como grupo, o como sociedad, o como gobierno. En esa generación de identidad, cada vez que se define una publicación para Instagram, Facebook, Twitter, YouTube, o donde sea, y la publicamos, lo que estamos haciendo es generar una identidad, que puede ser positiva o negativa y que se va a terminar de definir en las mentes de quienes consumen esos contenidos y utilizan esas herramientas: en el público específico.

Y es fundamental entender la importancia que tiene el grado de legitimidad que iremos definiendo a partir de esta construcción identitaria que hacemos desde el territorio digital, y que va de la mano del territorio físico. Es falaz y no tiene sentido la discusión en relación a la existencia de un mundo físico y otro digital, distinto. Estamos viviendo el mundo físico y el digital de manera interconectada, de manera interrelacionada, son el mismo mundo, con formas diferenciadas, pero yo soy el mismo, soy quien soy caminando por la calle y en una plaza y soy quien soy en Facebook, en Instagram o en Twitter.

Entonces entender que no son dos mundos sino un solo mundo en donde interactuamos, y que se va de un lado a otro, de una red social a otra, de la calle a Facebook, de Facebook a la plaza, de la reunión en el barrio a Instagram, de Instagram a Twitter, etc., entender esa estrategia de publicación y utilización de multiplataformas, de plataformas muy diversas, en donde existen públicos distintos y diferenciados, que hablan de determinadas maneras, y son públicos a quienes les debemos hablar, ahí empezamos a entender que internet no es publicar un posteo, internet no es publicar un video, internet no es tuitear una frase porque mi candidato opositor dijo algo de mí.

Internet es pensar en construcción identitaria, generación de identidad, generación de lazos de solidaridad social, generación de ciudadanía.

Entonces, si pensamos que la construcción y el trabajo en internet tiene que ver con la construcción de ciudadanía, es un tema mucho más complejo que armar un Facebook, un Instagram, un Twitter y nada más. 

Por eso es importante conocer y diseñar una estrategia: hacer un diagnóstico de la situación de las redes sociales, un diseño de la estrategia específica (qué voy a hacer, cuándo lo voy a hacer, dónde lo voy a hacer), y el diseño de la ejecución de la estrategia: armado de  un calendario donde pensamos día por día qué es lo que debemos hacer para cumplir con nuestros objetivos específicos en cada una de estas redes sociales.

Es central entender que en internet lo que hacemos es contar historias: contamos historias con imágenes: contamos historias con imágenes que generan algún tipo de emoción en quien nos escucha.

Si logramos sintetizar estas tres partes: contar una historia, con una imagen, generando emoción y empatía, vamos a estar logrando una comunicación política digital de las más efectivas.