Hace algunos años surgió y se fue imponiendo la idea de pensar los gobiernos de manera distinta, de manera innovadora.
Apareció así el concepto de innovación pública, como forma de reconvertir las políticas públicas tradicionales a partir de la innovación: repensar las habituales problemáticas que existen en los gobiernos, pero dándoles una vuelta de rosca de manera creativa, distinta y pensando en otros códigos.
Uno de esos códigos fundamentales fue la implementación de las políticas de gobierno abierto, que tienen 3 pates: la transparencia, la participación y la colaboración. En esos tres ejes gira toda la política vinculada a un gobierno abierto e innovador.
Lo primero que se hace cuando uno quiere diseñar un gobierno abierto, es organizar la información para abrir los datos. Los datos abiertos son el principal insumo y el puntapié inicial para implementar una política de gobierno abierto: hacer pública la información, de una manera transparente y específica. A partir de información y datos que ya tengo en mi gobierno, lo que hacemos es sistematizarlos. Esos datos que se recolectan de manera periódica a partir de distintas políticas públicas, ¡ahora los abrimos!
¿Qué significa abrirlos? Que los publicamos online de manera simple y abierta para ser descargados, para que puedan ser reutilizados, para que quienes tienen conocimientos de desarrollo y programación pueda por ejemplo armar una aplicación que le haga más simple la vida a los vecinos; para que quienes ejercen el periodismo puedan utilizarlos en sus investigaciones; para que quienes están a cargo de las distintas áreas de gobierno puedan tomar decisiones a partir de los datos.
Datos abiertos es el eje central, el corazón de las políticas de gobierno abierto.
Y ese eje central está parado en la idea de transparencia, en términos de control ciudadano sobre la utilización de los fondos de un gobierno (en qué se gasta el presupuesto, a quién le compro, a qué precio, cuánto gana cada funcionario, políticos, concejales) y todo lo que tiene que ver con la transparencia de la administración de los fondos.
Y también en lo que se conoce como transparencia pasiva: el acceso a la información pública (cuando un ciudadano o ciudadana necesita información y se la pide al gobierno y éste está obligado a entregársela de manera simple, rápida y amigable).
En torno a estas ideas gira la innovación pública. Empezando por las políticas de gobierno abierto y transparencia pero yendo hacia conceptos como inteligencia colectiva, donde cada vez mayor cantidad de ciudadanos y ciudadanas se suman a la definición de políticas públicas, y ahí aparece el eje central de la participación ciudadana, que tiene como principal característica a un gobierno convocando a la ciudadanía a ser parte de la construcción, diseño y aprobación de políticas públicas específicas.
Participación ciudadana que se puede dar desde la ciudadanía hacia el gobierno exigiendo un espacio de participación y que se hagan determinadas cosas, y también al revés: desde el gobierno hacia la ciudadanía, convocando a la participación.
Innovación pública, gobierno abierto, transparencia, participación ciudadana, son los componentes de las nuevas formas de la democracia, en donde lo digital e internet atraviesan todas las partes y se ponen a disposición para acercar a grandes mayorías a esta construcción colaborativa.